Fui testigo de “La carrerita del año”, evento ocurrido en el Parque Rivadavia el sábado 15 de octubre.
Consistió en la principal carrera del año de autos en escala con las mismas reglas que se empleaban desde el tiempo de los abuelos.
Un grupo de adultos, se encarga de mantener vivo el espíritu al viejo modo de correr carreras con autos preparados por los propios participantes.
Los autos que compiten, rellenos de masilla, plomo en algunos casos y con una guía de cucharita tamaño té, son la simple fórmula para pasar una tarde divertida en donde lo importante no es simplemente competir, sino aportar.
Aportar en el puro sentido. No es mera presencia sino además una justa de caballeros, cada participante ayuda a los otros, no sólo en los detalles del modelo construido, sino en los materiales a usar, en el mejor modo de combinar materiales, los mejores lugares para adquirir insumos.
Estas personas saben de lo que hablan y tienen la generosidad de colaborar con sus conocimientos a quien sea que se acerque a compartir con ellos la pasión por la carrera de autos al modo antiguo: tracción manual, le dicen.
Cada piloto mueve los autos a mano, de manera que además de la construcción del auto, cuenta la habilidad personal con que cada uno compite.
Se puede ver a grandes y chicos, padres e hijos.
Especialmente en esta última carrera que estuve, se destacó la presencia de una niña de 9 años que competía con su padre, cada uno con su propio auto, entre otros niños.
Hubo varias categorías: Damas, Juniors, debutantes, y los experimentados.
Las edades no importan, desde la participante menor hasta señores maduros, se comparte una tarde inimitable.
La carrera, contó con detalles de organización muy cuidados, por ejemplo, se señaló con stickers las áreas de cada etapa, etapa de verificación, de parkeo; con carteles en 3 idiomas: español, inglés y francés, en donde se controlaba que los autos estuvieran en regla, entre 16 y 24 cm y ancho de 10 cm, todos datos que constan en el reglamento de la carrera. Detalles que hablan de una dedicación lúdica con que se organiza el evento.
Luego de sellado, cada auto pasó a boxes, debidamente señalado, también con sus correspondientes carteles publicitarios y número.
La carrera consistió en 3 series, en donde se repartieron por cierto orden y en cada serie hubo alrededor de 15 participantes.
Cada serie corrió 1 vuelta de pista para determinar el orden en que iniciarían la carrera final, con 3 vueltas.
Los detalles de la pista, también se tuvieron en cuenta, debidamente señalizada en el piso, con tizas de colores, tapitas en las curvas, arbolitos en miniatura, stickers con propaganda, como se ve en las carreras reales, línea de llegada y partida, con un dibujo respetando pistas reales.
La convocatoria fue difundida por Radio Belgrano AM950 de 12 a 13 hs, entre otros medios y publicitada en revistas del género.
Cuentan los organizadores, José Aramburu, Marcelo Lauría, Marcelo Vivo, Fabián Mossato, José Mazzitello que organizan estos encuentros desde el año 1995, y que aunque en algunos años flaquearon las presencias, al día de hoy cuentan con el apoyo de muchos contribuyentes y medios que simpatizan con esta idea, sin fines de lucro.
Fue un placer escuchar las conversaciones sobre cada detalle de construcción de autos, las diferencias de modelos, los pormenores e ideas que aporta cada diseñador para mejorar la performance de sus prototipos, secretos que comparten con todo nuevo visitante que se acerque capturado por la simpática actividad.
Lo mejor del evento no es competir, ni ganar siquiera, sino que recupera la hidalguía, eso mítico que se menciona en los cuentos.
El diccionario define Hidalguía: Generosidad y nobleza de ánimo. Ninguna definición es más acorde que ésta a lo que se vive y respira en cada encuentro.
La próxima carrera está anunciada para el 5 de Noviembre, en el Parque Imperio Junior, en Paternal, Gral Cesar Díaz aproximadamente al 3000. Aunque sin confirmar, probablemente la hora de comienzo es a las 10 hs.
Allí estaré.
Ana Abregú.
Autos ya verificados y sellados, con el número otorgado en espera del comienzo de la carrera:
En carrera, sobre la pista pintada.
Mesa de premios. Todos los participantes se llevaron algo.