Lo descubrí un día que un amigo me hizo comprar “Estrella distante”, entonces no era tan mencionado, aunque sí conocido en ciertos círculos.
Nos lo recomendábamos de a poco, leíamos lo que nos llegaba durante la Feria del Libro mientras las editoriales se decidían a publicarlo en Argentina.
Me aficioné un poco, como en su momento me aficioné a Salvador Elizondo, o a Diamela Eltit, todos autores de los que no siempre se conseguían sus obras, pero que circulaban en usados o por voluntad de algún amigo que si viajara de casualidad podía traerte un libro.
Me sorprendió de Bolaño lo que le sorprendió a muchos, aunque no en ese orden, mientras se hacía famoso por su novela “Los detectives Salvajes”, ya había leído “La literatura nazi en América”, pasado por “Amberes”, “Amuleto”.
A los Detectives, los leí varias veces, yendo y volviendo sobre el libro, en recorridos que ahora pienso que no eran al azar, sino un recorrido que iba influenciado de lecturas paralelas, de sugerencias, de ganas de encontrar ese lenguaje secreto que me estaba desconcertando dentro del libro.
No es posible ser breve a la hora de explicar la trama de “Los detectives” o de “Los Nazis…”, pero por lo pronto, y debido al extraño título, una creé estar ingresando al mundo del policial o de suspenso. En la tradición literaria el detective es completamente racional, nunca le cabría el apelativo de salvaje, al menos en un sentido.
Pero las extrañezas no terminan allí, en el argumento, dos poetas, que se inventan a sí mismos un movimiento al que denominan los real viceralistas, emprenden la búsqueda de una poeta desaparecida, Cesárea Tinajero.
El narrador, en realidad, va contando la desaparición de ambos poetas, el pos de la búsqueda de Cesárea.
Como yo lo veo, es en realidad una puesta en escena de todos los elementos del policial: un misterio, alguien que lo investiga, un delito o crimen o asesinato, y la historia del desentrañamiento del crimen, sólo que en el libro de Bolaño, no se da en el orden usual, ni tampoco con los elementos usuales.
Para comenzar, los supuestos detectives, que en toda novela son los que llevan la investigación, en este caso también, sólo que están desaparecidos. En la trama se funde la búsqueda de los detectives con lo que ellos buscan, que es a Cesárea Tinajero.
La novela de cuenta del relato del viaje de Arturo Belano y Ulises Lima tras la pista de Cesárea Tinajero, adoptando a la poeta como la madre del movimiento Real viceralista.
En lo metafórico, Cesárea Tinajero es como un punto de bisagra entre un modo de la literatura y otro, el de Ulices Lima, que manifiesta no poder hacer su propio camino literario hasta no encontrar a Cesárea, como un modo de las propuestas nuevas literarias que se resisten a reconocerse hasta no encontrar sus puntos referenciales, la vieja literatura.
En la novela hay un recorrido, detrás de pistas, como en el policial, a veces paródico de ese género, a veces infructuoso.
En el decurso de la novela, se comienza a leer material escrito sobre biografías, bajo diferentes consignas de referentes, notas de un diario, un género que supuestamente no responde a ningún género, escrito en forma personal con códigos personales, pero en donde el lector busca pistas, que no se terminan de aclarar, pero que conforman micro historias, mezcla de biografía, de hechos, que no terminan de ser desconocidos, sobre todo en los nombres, que resuenan a nombres de pintores, cada vez que he intentado escribir Tinajero en realidad me sale Tinarejo, hasta un punto en que viéndolo escrito puedo diferenciar la supuesta escritora de la pintora, y así, la referencia con el arte de la pintura está diseminado y convenientemente relacionado a las imágenes que sugieren cada biografía.
En el recorrido del libros es como si de repente, estuvieran todos los elementos del policial clásico, pero a los que se les ha extraído un elemento, que mencionándolo en realidad no está. Por ejemplo los supuestos detectives, Ulises Lima y Arturo Belano, pues el libro es el relato de la desaparición de ambos, que buscaban a Cesárea, a su vez, desaparecida, luego, las pistas, luego el crimen, del cual no voy a comentar para que el leerlo sea una invitación.
Es un libro complejo, una jugada astuta por parte del autor, que ha realizado un movimiento más allá del género, con las representaciones de un modo de literatura de vanguardia, el fragmento, la descomposición, la ausencia de recorrido narrativo siendo suplantado por un paradigma de relación entre los fragmentos, las múltiples relaciones con referentes en otros libros, un viaje, y un nombre: Ulises, que es el viaje épico primigenio, de este modo las múltiples referencias construyen un texto extraordinario, como una fuente de relatos que se completan en el lector y que de un modo u otro son dirigidos por el texto con un hilo de Ariadna basado en la literatura: es un viaje épico.
Si hay algo que se le asigna al Ulises es que ha inspirado decenas de otros textos, este libro “Los detectives Salvajes”, probablemente sea su muy digno sucesor.