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La Biblioteca borgiana de Babel es humanamente inconmensurable pero finita. El número PI, en cambio, contiene una secuencia decimal imprevisible, aperiódica, infinita.
¿Pero de qué nos sirve tener el universo compendiado en un número o en una biblioteca si carecemos del código que nos permita descifrarlo?
Algunos creerán que lo poseen; pero... ¿Y si hay una permutación de dos letras en ese códice tal vez engañoso sólo por eso, por la pura permutación de letras, y en lugar de abrazar a nuestro padre dejamos pasar la vida intentando abrazarnos a una pared?
Desconfío de las bibliotecas totales, de la existencia de un centro en cada laberinto, de los códices que albergan todos mis secretos y, sobre todo, desconfío de los autoproclamados sacerdotes que quieren interpretarme esos códices ;-) |
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